¿Qué es la ansiedad?
La Ansiedad es una de las sensaciones corporales más desagradables que puede sufrir una persona.
El trastorno de pánico (ataques de ansiedad) es importante tratarlo pronto para evitar su cronificación y disminuir la limitación que puede sufrir el paciente por las conductas evitativas.
La ansiedad puede manifestarse en síntomas cardíacos, palpitaciones (impresión de que el corazón late muy rápido), una taquicardia (aceleración del ritmo cardíaco), precordialgias (dolor en el pecho).
Otros síntomas frecuentes son nivel del tubo digestivo presentando el paciente: dificultades para deglutir, sensación de tener una bola en la garganta, dolores epigástricos, desarreglos en el tránsito intestinal (diarrea o estreñimiento).
En el plano respiratorio, se puede observar una dificultad al respirar, una sensación de ahogo, una hiperventilación (respiración demasiado amplia).
Los signos neurológicos aparecen más frecuentes son, vértigos, dolor de cabeza, desarreglos en el sueño, dificultades de concentración, problemas de memoria, sensación de irrealidad. Existen otro tipo de síntomas más generales como sudoración o sofocos.
Si bien se reconoce una tendencia constitucional a la ansiedad, en la ansiedad generalizada se supone una causa ligada a conflictos psicológicos (sentimentales, económicos, profesionales, etc.), mientras que en las crisis de angustia actualmente se considera que el origen está relacionado con factores constitucionales-biológicos.
El estrés es uno de los mayores factores que pueden producir cuadros de ansiedad, durante el tratamiento es importante aprender y utilizar técnicas de relajación y respiración para reducir la sintomatología ansiosa.
Tratamiento para la ansiedad
El proceso de intervención psicoterapéutica que realizamos sigue una línea similar a la terapia cognitivo conductual del tratamiento de la depresión (Beck, 1979, 1985; Jarret y Rush, 1988).
1º En las primera visitas se analizan los síntomas que presenta el paciente: frecuencia, gravedad y situaciones que desencadenan la ANSIEDAD. Aquí también se evalúa el tratamiento farmacológico, evaluación del tratamiento actual que presente el paciente o instauración de uno si la sintomatología lo requiere. La combinación de antidepresivos y tranquilizantes en las primeras fases es necesario para lograr la estabilidad del paciente.
La psicoeducación es parte imprescindible en el tratamiento de la ANSIEDAD; el paciente debe comprender qué le está pasando y el porqué de estas sensaciones corporales.
2º Elicitación de pensamientos automáticos: uso de autoregistros. El terapeuta toma nota sobre los significados asociados de modo que pueda hipotetizar sobre los supuestos personales.
3º Reducción de medicación. Una vez conseguido la remisión de la sintomatología ansiosa, se procederá a la reducción de los TRANQUILIZANTES de manera paulatina y siempre bajo supervisión médica.
Es importante no olvidar que el objetivo final del tratamiento es que el paciente vuelva a llevar una vida normal sin medicación.
La reducción de la medicación puede que no sea completamente posible en los casos de larga evolución.
4º En la última fase del tratamiento psiquiátrico y psicológico, se realizan vistas espaciadas para controlar que el paciente sigue estable y evaluar si es posible la suspensión completa de los psicofármacos.