La nomofobia, dicen los expertos, es el miedo irracional a salir de casa sin el teléfono móvil. El término es una abreviatura de la expresión inglesa «no-mobile-phone phobia».
Los últimos estudios demuestran que una persona consulta su teléfono móvil una media de 34 veces al día, lo que denota una franca dependencia a la tecnología.
Es posible que usted también haya padecido esa desagradable sensación de ansiedad, intranquilidad, si ha olvidado el teléfono móvil en casa. Se considera una enfermedad enfermedad moderna y se llama nomofobia.
El 96% de los españoles dispone de móvil, cifra que supera a la registrada en Estados Unidos, China o Francia. Y, aún más, el 26% de los usuarios tiene dos móviles, y el 2% hasta tres teléfonos. El 33% de los españoles navega en Internet a través de su teléfono. España es el país con más teléfonos móviles por habitante, y casi 10 millones de españoles utilizan Whatsapp para enviar mensajes o fotos.
Estudios realizados revelan que casi el 53% de los usuarios de teléfonos móviles tienden a sentir ansiedad cuando «pierden su teléfono móvil, se les agota la batería, el saldo, o no tienen cobertura en la red», explica Marina Dolgopol Directora de CEETA en España.
Salir a la calle sin móvil puede crear inestabilidad, agresividad y dificultades de concentración (síntomas típicos de los trastornos de ansiedad). Suele estar acompañada de síntomas tales como malestar general, hipervigilancia, inquietud, temor a estar desconectado o aislado: sentir que el teléfono o las conversaciones mantenidas generan tranquilidad, comprobación constante de la recepción de mensajes, emails y visitas a las aplicaciones de redes sociales, pérdida de oportunidades laborales, consulta permanente de noticias, preocupación desmedida por lo que pudiera suceder si la persona no está conectada, crisis de pánico, agorafobia.
Si eres de aquellos que al dejar el móvil en casa o cuando se te agota la batería pasas la jornada sintiendo una sensación marcada de soledad; si sientes estrés al preocuparte excesivamente porque piensas que seguramente te están llamando y no podrás atender; o si cuando vas a un cine o viajas en avión, donde no puedes estar completamente al tanto del móvil, al salir no aguantas un segundo sin encenderlo y comprobar quien ha llamado o dejado un mensaje, seguramente estés viviendo los primeros síntomas de nomofobia .
Este padecimiento creció el 13% en los últimos cuatro años, debido a que cada vez son más los consumidores que se ven atados a sus teléfonos inteligentes y a que la tecnología es cada vez más accesible y económica.
Las mujeres y los adolescentes suelen ser más propensos a padecerla. Los adultos ejercen una influencia importantísima en la vida de los niños a través de su comportamiento llevando a situaciones tales como no poder dejarlo incluso en los momentos de reunión familiar como puede ser compartir una cena o reunión. Los jóvenes de entre 18 y 24 años son los más propensos a padecer nomofobia. Dentro de este rango, el 8% de los universitarios son los que más lo sufren.
Paradójicamente, el malestar era mayor cuando el celular se usaba más para fines personales que laborales. A principios de este año, un equipo de investigadores de la Universidad de Worcester, en Reino Unido, determinó que esta ansiedad permanente -resultado de estar siempre conectados- eleva considerablemente los niveles de estrés.
Esta fobia fue vinculada por otros especialistas a la adicción a la tecnología, más precisamente con la necesidad de revisar constantemente cada mensaje, alerta o sonido que genera el teléfono.
Síndrome de la llamada imaginaria
De acuerdo con el médico Larry Rosen, autor del libro iDisorder, el 70% de los usuarios de dispositivos móviles ha sufrido alguna vez la alucinación de que su teléfono había sonado o vibrado sin que en realidad lo hubiera hecho. Esto sucede porque nuestro cerebro ha empezado a asociar el móvil con cualquier impulso que recibe.
El Trastorno de Adicción a Internet se refiere al uso excesivo de la web y la necesidad de estar todo el tiempo conectado, hasta al punto que esto interfiere con la vida diaria. El usuario medio de móvil comprueba su dispositivo cada seis minutos y medio (lo que equivale a 150 veces al día), según una reciente encuesta de HuffPost/YouGov.
La Cibercondría Se les atribuye este diagnóstico a personas convencidas de que padecen algún mal tras haber leído al respecto en la web. Por ejemplo, un cibernauta que sufre de dolor de cabeza puede buscar la causa de este mal en internet y encontrar que una razón podría ser un tumor cerebral. El problema es que uno puede empezar a encontrarse realmente mal por «error». Es algo similar a la hipocondría, sólo que las dolencias son conocidas por el ciberespacio.
El efecto Google se produce cuando el cerebro retiene menos información como consecuencia de la posibilidad de acceder a ella en cualquier momento. Todas las respuestas están a un solo click de distancia y, por lo tanto, se recuerda menos.
El entorno es clave
Los expertos subrayan que el éxito de los tratamientos no se alcanza sin la cooperación de los padres. Estos deben vigilar, controlar y tomar medidas si ven síntomas en sus hijos. La familia, el entorno y el ejemplo son esenciales para la cura.